Bebí más de dos litros de licor para embriagar mis sentidos, decidí ir a una cafetería y pedir una mesa para dos pero tuve que irme porque el espacio dentro me pareció sofocante así que caminé
a oscuras en un parque y me senté un rato a contemplar las estrellas pero tuve que irme porque el espacio afuera me pareció desafiante, regresé
a casa e intenté
callar el ruido encendiendo el televisor pero tuve que irme porque el espacio en casa me pareció poco familiar así que salí
a la azotea, miré el infinito durante horas mientras el hilo del humo del cigarro se desvanecía como el tiempo y en toda esa búsqueda pude encontrar la respuesta de porque todos los sitios me parecían tan concurridos, descubrí el vacío que llevo dentro, la soledad que se buscaba a sí misma en todo esto, queriendo
llenar los días con todos los vicios inventados posibles para
al final darse cuenta, de que aunque te busque en todos los rincones la respuesta no está afuera sino dentro donde se originan los latidos del corazón.
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